En el año 2010 ocurrió la transformación más importante de mi vida. Yo tenía 32 años, vivía en Barcelona. Había estudiado Bellas Artes y paralelamente cursé un grado superior en la Escola Massana, al acabar mis estudios en arte, continué formándome un par de años más haciendo un master en diseño, otras formaciones destinadas al emprendimiento y otras tantas especializadas en Arteterapia. Junto al padre de mis hijos habíamos montado una empresa de diseño web. Me quedé embarazada de mi primera hija, Azul y la parí en mi casa.

Conectar de esa forma tan brutal con la sabiduría de mi cuerpo en el parto, me hizo tener una experiencia transpersonal. La lactancia, el posparto, ser mamá… fueron experiencias que me llevaron a plantearme mi vida desde otra óptica. Comencé a interesarme por la alimentación, la sostenibilidad, estilos de vida más pausados, en sintonía con las estaciones, comiendo productos de proximidad… todo estaba enlazado. Mi hija me había aportado el gran regalo de abrir mi conciencia para iniciar un gran camino interior.

Un par de meses más tarde, dejamos la gran ciudad por un pequeño pueblecito en Mallorca (María de la Salut) dónde cambiamos vivir en un piso rodeados de asfalto,  por una casita en el campo, con naranjos y gallinas. Por primera vez sentí que la conexión con la naturaleza es clave para sentirse en armonía y con paz interior.

Años más tarde nos mudamos a Polop de la Marina (donde resido actualmente) otra pequeña villa en la provincia de Alicante. Siempre con el Mediterráneo como testigo.

En 2012 entré en el mundo del crecimiento personal tras formarme en Prectiticioner en PNL. La programación neurolingüistica me ayudó a liberarme de muchísimas creencias limitantes sobre mi creatividad y mi producción artística.

Paralelamente a mi trabajo como diseñadora (especializándome en diseño gráfico, ilustración, diseño editorial, diseño web y UX/UI para Apps) me atreví a lanzar algunos proyectos artísticos como Tejiendo la Vida en 2014 o VulvaLove en 2016. Proyectos que tuvieron un gran impacto y que pude exponer en diferentes municipios.

En 2017 publique mi primer libro de ilustraciones “El placer es mío”, un diario creativo para colorear vulvas que editó el grupo editorial Enciclopedia Catalana (Bridge Editorial) y cuya publicación coincidió con una perdida gestacional de un bebé que era muy deseado.

Meses más tarde me volví a quedar embarazada y volví a parir en casa a Gaël. Otra maternidad y otro movimiento sísmico a mis estructuras internas.

Había cumplido 40 años, estaba casada, tenía dos hijos, tres gatos, un perro y vivía en una casa preciosa. La postal de la “supuesta” felicidad. Pero hay un llamado del alma que es una voz suave, presente que te dice, por ahí no es… Y es que en el sustrato de todo eso, yo no me sentía completa.

Por esa época ya comenzaba a intuir que la creatividad estaba íntimamente relacionada con la sexualidad, y movida por una necesidad de conocimiento, me formé con el Institut Gestalt en Sexualidad femenina.

Comprendí que aún tenía que aprender mucho sobre mi misma, sobre las relaciones, sobre el cuerpo… y agradeciendo todo lo vivido, puse fin a mi relación de 23 años con el padre de mis hijos.

Estos últimos 5 años (acabo de cumplir 45) han sido un Tsunami de experiencias que han demolido mucha rigidez y neurosis. Muchas creencias sobre como era yo o el mundo. Se me ha abierto el corazón y he ido soltando corazas. Siento que queda mucho aún por transitar, pero me siento mariposa, en transformación constante, en ciclo infinito, conectada con mi alma y mi ser.

Hace unos años, decidí que quería servir y acompañar a otras mujeres, dándoles la mano por estos senderos de arenas movedizas, que esconden hermosos presentes. Siento que cuando estoy compartiendo, generando espacios de seguridad y cuidado, impulsando la creatividad de otras mujeres, conectándolas al juego y al placer, estoy siendo quien he venido a ser.

No soy más sabia que tú, ni me considero mejor que nadie. Estoy aprendiendo en este ciclo infinito. Como tú, lidio con mis limitaciones. Pero ahora, miro mi vida, y está llena de sentido, creo que he encontrado un atajo para sentirme conectada al gozo casi de forma constante. Incluso cuando se dan circunstancias que no me gusten.

Creo que la creatividad me ha permitido poder salir de mi paradigma, imaginar la vida que deseaba y tener el empuje para salir de la zona de confort, cambiar mi realidad y conectarme a la confianza ciega en la vida y sus regalos.

Espero poder inspirarte, como a mi me inspiran tantas mujeres. Solo podemos reconocer la grandeza del otro, cuando hemos reconocido la propia.

Gracias siempre.